Bienvenidas a Ruda y Cursi, el Diario de una chica -no tan- normal.

¡Ruda&Cursi abre el primer Club de Lectura en Buenos Aires, examina el blog para enterarte más detalles!

Si el delineador se te corre, se te rompe la media antes de tu cita, las dietas no te funcionan, tu novio te dejó o lo engañaste, tu familia es disfuncional y hasta tus mascotas te odian... acá vas a encontrar a un montón de gente que podrá decirte: ¡Heeelloooooooo, mi vida también se rige bajo las leyes de Murphy! Pero hasta ellas mismas tienden a fallar por aplicar su propia ley... así que no todo está perdido.
Ruda & Cursi es un blog dedicado exclusivamente al relato de varias chicas que un día quisieron mostrarle al mundo que no todo es perfecto. Aquí mismo encontraras desde relatos cortos hasta novelas. ¿Qué esperas para empezar?

lunes, 28 de marzo de 2011

El mundo de Bom.


Creo que esta será mi presentación oficial, después de esto todos ya me conocerán como Bom, la chica con menos suerte de Buenos Aires.
Bueno para comenzar debo decir que no soy tan normal cómo todas las mujeres, va eso creo yo.
Llevo 26 años viviendo bajo el mismo techo eso incluye una madre y un hermano menor. Solterona por decisión unánime del jurado masculino, ya que nadie se me acerca ni si quiera para pedirme la hora. Según mi hermano es porque cada tipo que se acerca a mí le ladro al igual que un perro. Mi madre por su parte dice que aún no ha llegado el hombre de mi vida. Yo creo que ni una cosa ni la otra, creo que estoy marcada por el destino de estar sola… tan sola como la vieja de los gatos de los Simpson. 
Pero bueno basta de sufrir, de llorar como una verdadera idiota. Es hora de poner las cartas sobre la mesa, salir a matar;  cómo dice mi amiga Lucy, a quién conozco desde siempre. Una mina de pocas pulgas, alguien a quien no se le escapa un sólo chimento. Está siempre con lo último de lo último.
Obvio que las dos somos solteras, y hasta en ocasiones creen que somos pareja. Es el mal de las apariencias.
Mi vida es bastante rutinaria, que iré contando en todos estos relatos, cosas que me han pasado y que me suelen pasar a diario.
Desde hace cuatro años trabajo en una empresa de telemarketer vendiendo colchones extraños, siempre pensé que era una estafa, pero eso solo duro tres días. Lo importante es cobrar a fin de mes mis 3.000 pesos.
Todos los fin de semanas me llama Lucy con la idea de hacer algo, el viernes para comenzar nuestro rally, teníamos varios mandamientos que respetar en la larga lista de tan solo tres ítems de la soltera desesperada. El primero consistía en conseguir algún chongo, el segundo era el que siempre optábamos hacer, quedarnos en casa mirando películas, comiendo como vacas y llorando de lo patéticas que éramos y el tercero que utilizábamos con menos frecuencia consistía en arreglarnos, vestir algo medio provocativo; no giro, pero sexy y salir a romper la noche en algún bar de mala muerte o algún boliche que pusieran música rancia, que solo a mí y a la estúpida Lucy le gustara. Pocas veces se nos unía Pepy. Claro ella era la feliz esposa del “señor tengo plata y compro lo que quiero y engaño a mi mujer con cuanta zorra se me cruce”. Tenía poco tiempo para sus viejas amigas de la secundaria.
Ése viernes Lucy me manda un mensaje al celular para preguntar por decima vez que carajo íbamos a hacer.
-Zorra, ¿Qué hacemos hoy?- si así me hablaba la muy atorranta, me decía zorra ¿a mí? quien no tenia sexo desde hacía meses. Sin embargo ella siempre tenía alguna bragueta disponible;  si no era su vecino que estaba más bueno que comer dulce de leche con la mano. O el pibe de las focopias que laburaba con ella en el mismo piso. Claro que era menor que nosotras,  me lo había mostrado en la cuenta de facebook que tenía para gatear según ella.- ¡Sí señores, tenemos cuentas para gatear!-  La cosa que el pibe esta terrible.
Por mí parte me la paso babeándome con el amigo de mi hermano que esta “más lindo que nunca” como dice Jorge Ané. El estúpido de la propaganda de pastillas reductoras, que por cierto las probé y no sirven pa’ mierda, te dan más hambre, y te crece el culo por los corticoides que tiene. Pero bueno no me quiero ir por la tangente.  Volviendo al pendejo, se llama Juan y hace tres años que  me tiene loca.
-Mira, yo en casa no me quedo, estoy re podrida de ver todos los fines de semana a mi hermano franelear con la noviecita de turno… es patético boluda, salgamos.-
-Sí, che el pendejo de la fotocopia me conto de un bar que reabrió.-
-¿Cuál?... no me digas que es el que estoy pensando.-
-¡Y no sé mongólica! .No tengo la bola de cristal.-
-“El Chaval”…- antiguo boliche de nuestra penosa juventud
-Que anticuada que sos… ahora se llama “El Urbano”.-
-Bue…Bue… es la misma mierda.-  Claro que era el mismo lugar, lleno de gente conocida, apestado hasta las tetas de personas.
-Y sí. Pero vamos, ya fue.-
-Dale, dale… Te espero a eso de las 02:00 am, en casa.-
-Che te jode si nos vemos allá, es que el pendejo quiere verme antes de ir.-
Lo que me faltaba tener que entrar sola al boliche este de mierda.
-Bueno dale.-
-Sos grosa amiga.- Claro ahora soy grosa hace medio segundo era una zorra.
El plan estaba en marcha, una salida con Lucy,  unos cuantos tragos algún que otro besito por ahí y un poco de baile para mover el esqueleto.
Salí del laburo, cansada; me subí al colectivo. Como era de esperarse no había asientos disponibles así que tuve que viajar parada como el ganado.
Llegue a casa, y como era de esperarse la bobita novia de mi hermano, estaba en la cocina sentada en el regazo de él. Ahora yo me pregunto-¿No hay sillas en la casa?-  Al parecer para la mocosa evidentemente no. Y para el pajero  de mi hermano menos.
Preferí irme a la pieza, me metí un rato en Internet… ojeé el Face gatero a ver si alguno se me había insinuando. Pero me lleve una sorpresa cuando mirando los perfiles de esa gente “muerta”… lo digo así porque se trata de esa clásica gente que uno ni se acuerda si existe hasta que ve algún estado que dice  “ Feliz de que en pocas semanas vamos a ser padres” o  “No veo la hora de ver tus manitos” “Solo quedan tres días para nuestro casamiento” o esos clásicos pases del años,  y no es que esté hablando de futbol. Estoy hablando del clásico del momento facebookero; pasar olímpicamente de una semana a la otra de estar “En una relación” a “Soltero” y así sucesivamente. Mientras ojeaba el facebook, vi y quede perpleja al enterarme que una de mis viejas compañeras del secundario, la más fea del curso, había quedado embarazada. Dije -¡Jodeme!... ¡está embarazada!.- en ese momento sentí que mi vida ya no tenía sentido alguno, si esta mujer que era la hermana gemela de algún simio del “planeta de los simios” vaga la redundancia. ¡Qué, me quedaba a mí! .
Salí rápido del perfil porque si seguía mirando, me seguía deprimiendo.
Volví a mi perfil con la vaga idea de que alguno de los 300 contactos que tenía me hubiera dejado alguna invitación indecorosa…Pero… nada, una soledad asquerosa y deprimente.

Las horas habían pasado, era momento de emprender viaje al famoso y viejo boliche zonal que volvía a abrir las puertas de su casa, para albergar a este cuerpo regordete.
Llame un taxi, porque no daba ir en colectivo con la mini de jean y los tacos. – Vuelvo a decir, llegar a los 26 años, soltera es síndrome de mina desesperada.-  En la puerta había una cola de la gran puta, por un momento dije –Acá dan algo gratis, ¡No, me jodan!.- tanto aglomerado de gente para este mugroso bar de mala muerte.
Mi turno había llegado estaba a pasos de entrar, cuando siento una mano que me palmea el hombro; por un momento pensé -Es Lucy- pero para mi sorpresa cuando di la vuelta, me encontré con una ex compañera del secundario que vale aclarar no teníamos nada, pero nada en común. Es más podría llegar a decir que nos teníamos todo el odio,  va en realidad -Yo le tenía todo el odio- me había robado la ilusión, de poder salir alguna vez con el pibe que me gustaba. Pero era tiempo pasado, ósea diez años habían pasado.
La cosa es que cuando la veo a la cara, al principio me costó un huevo darme cuenta que detrás de esas arrugas y ese maquillaje corrido estaba,  Silvina. El cambio de peso, era sorprendente había pasado de los sesenta kilos y una cintura de avispa; a unos  noventa kilos y una cintura similar a la de una esponja de lavar los platos, esas cuadraditas. Sumado que la estatura de corcho nunca le ayudo, este sobrepeso no la favorecía en lo mas mínimo. Al principio pensé en hacerme la pelotuda, pero ella me reconoció. Increíble teniendo en cuenta que en el secundario siempre me había ignorado, y hasta a veces se tomaba el atrevimiento de llamarme –Gorda, de mierda.-
-¿Bom?- me sonrió, debo decir que su dentadura había desmejorado bastante.- ¿Sos vos?- al principio como ya dije pensé en negarme, pero después replantee todo y dije ¿Qué gano?
-Sí, soy yo…- no me dejo terminar.
-Soy Silvina, ¿te acordás de mí?- ¡mierda! Me dije por dentro. Tanta desesperación para presentarse.- vos seguís igual que siempre, estas divina.- ¿Divina yo?..
-Gracias, vos estas igual que en el colegio.-
-Si… aunque un poco mas cambiada, tengo un hijo y estoy separada, hace un año.- ¡Ups!- me dije a mi misma.
-Para mi estas igual, es lógico que la vida para cada una cambio bastante.- en ese momento, fue cuando me dije – mi vida no es tan desastre después de todo.-
-¿Viniste sola?-
-No, estoy esperando a Lucy.- le comente al pasar, después de cogotear para ver si la veía por algún lado.  Ya estaba a un paso de entrar, él seguridad de la  entrada me miro de arriba abajo.-
-Documentos- mi cara de asombro.-
-Es necesario, creo que con esta cara no lo necesitas. Date cuenta que no soy una pendeja.-
-Pendeja o no pendeja, necesito tus documentos; linda-
Detrás mío la cola, era inmensa; a mi espalda tenia a Silvina que no paraba de hablar.
Busque en la cartera, la sencilla idea de que el grandote esté me dijera “linda” me motivo… dije-¡Ups, Bom… te levantaste al patova!- para después caer en cuenta que el tipo me lo estaba diciendo, al igual que se lo había dicho a miles de minas en esa noche.- baja del caballo boluda, que  se lo dice a todas.- volví a pensar.
-Acá está- le dije con una sonrisa.
Lo miro, una y otra vez; para luego mirarme de arriba abajo.- y ahí me pregunte ¿tan baqueteada estoy?-
-Pasa, linda.- a lo que me guiño el ojo. Me sentí como una estúpida quinceañera.
Tome el documento, lo guarde y entre. Silvina por su parte se quedo varada en el control. Por otro lado respire, la verdad era que no me daba ir de amiga, cuando la mina había sido una flor de sorete en toda mi infancia.
¡Cuándo entre!, me sentí como si el tiempo se hubiera detenido en ese lugar; estaba todo igual a como lo recordaba, la barra en el mismo lugar… mas allá los reservados donde alguna que otra vez me había chapado alguno. Dije –mierda, que el tiempo no pasó- seguí caminando. La música empezó a sonar de fondo, era música vieja. Cumbia vieja  que me hacían recordar a un ex novio que había tenido, por momentos me pinto la nostalgia, pero se acabo cuando fui a la barra y me pedí un cuba libre.
Comencé  a tomar, estaba perfecto; ni mucho whisky, ni mucha coca cola. Miré el reloj ya habían pasado treinta minutos de las tres de la mañana, sin querer la entrada había sido mas tediosa de lo que pensaba. Tomé el celular y le envié un mensaje a Lucy.
-Che, pedazo de negra, estoy en el bar esperándote como una estúpida. ¿Dónde carajo estás?
Guarde el teléfono, que volví a sacar a los cinco minutos vibro.
-Toy en el baño, en un rato salgo… que noche ¡Boluda!.-  contesto.
Comencé a comerme la cabeza, esta hija de puta se vino a encamar al baño del boliche, la conocía. Y realmente no me llamaba para nada la atención. De golpe me sentí una pelotuda ahí parada en la barra, después de todo la idea de salir había sido de ella y ahora estaba dele que dele con el pendejo mientras yo estoy acá bancándome las miradas de un viejo depravado que bien podría ser mi padre.
Dejé el vaso en la barra, salí corriendo a tiempo ya que el viejo se estaba acercando con una cara de degenerado bárbaro. Estaba claro que estaba desesperada pero no tanto como para comerme un vejete.
-Ya fue- me dije - yo voy al baño y la cazo de las mechas a está conchuda- . Me hizo venir hasta acá y ahora me deja pagando como una estúpida en la barra sola.
Comencé a caminar cuando de golpe, me tope con él.-
-¿Bom?.- me grito, intente evitarlo.- ey -  volvió a gritar.- no te hagas la boluda que me viste.-
-¿Quién? ¿Quién, yo?.- le conteste, era Juan. El amigo de mi hermano, el pendejo que me volvía loca desde hacía años.  Existía un histeriqueo entre ambos, pero nunca había pasado más de ahí, él decía que yo era como una hermana. Yo me lo quería comer crudo.
-Sí, vos.- me dijo con ese tono dulce. Hacia un mes que no lo veía, estaba más grande, algo cambiado con esa barba crecida, casi irreconocible para cualquiera. Menos para mí.
-No te vi, hasta que escuche el “ey”.- Claro que lo había visto, pero me había hecho la boluda, sabía que se me notaba mucho, el hambre que le tenía. Si era por mi le hincaba el diente en ese cuello, que me superaba en altura.
-Sí, claro… bue. – reboleaba los ojos, con gracia y torcía la boca, dios como me gusta, pensé.- ¿Qué carajo haces acá? , no me digas que viniste sola… me vas a obligar a ser tu guardaespaldas toda la noche, mira sí te pasa algo.- qué pendejo más insolentemente sexy pensé.-
-Sí , vine sola … pero está Lucy por acá.-
- Ahh…- Exclamo.- ósea que perdí las esperanzas de ser tu guardaespaldas.-
-Pendejo, no te hagas el gato… que después te comes los mocos.- ¡nooooo! Que acababa de hacer, me había prendido fuego. Por un momento pensé en reírme para que todo surtiera efecto de joda, pero después me dije –mas sí, basta del boludeo.-
-Upa, se vino el apuro… y justo  ¡Hoy!...- en ese momento comencé a ver como se me acercaba cada vez más, un sudor frio comenzó a correr por mis manos, nunca me había puesto tan nerviosa en mi vida.- Hoy que pensé todo el día en vos… - ¡noo... decime qué esto es una joda!… ¿Dónde están las cámaras? … me dije.- no sabes las cosas que me imagino.- cada vez se me acercaba mas y mas… Cuando de golpe.
-Bom… Bom…- escuche, a mis espaldas. Comencé a putear. Era la rompe bolas de Silvina.
El pendejo seguía cerca y me seguía calentando el bocho con las cosas que me decía.-
-Bom…Bom…- Tiene que ser un sueño- me dije. Pero no
Me di la vuelta dejando a Juan con la palabra en la boca, y su boca cada vez más cerca de la mía.
-¡Qué!...¡Qué!.- grite desaforadamente cuando la vi. Estaba sacada.-
-Es Lucy.- Lucy, ¿Qué Lucy?, pensé. – Está en el baño tirada.-
¡Jodeme!... no me puede estar pasando esto. El día que el pendejo se me tiro, está me caga la noche.
-Juan, me tengo que ir …- me miro con carita de perrito abandonado. Sí antes tenía ganas de mandar a Lucy a la mierda ahora tenía ganas de cagarla a trompadas.
-No me podes hacer esto, pero prométeme que en la semana arreglamos para vernos.- me suplico el pendejo, por dentro me moría. Lo que había estado esperando por fin se me daba.-
-Sí… dale.- le dije como una estúpida, media tartamuda.
Lo que siguió me sorprendió tanto que me quede parada por casi cinco minutos con la mejor cara de pelotuda. Me planto un chupón, que me dejo sin aire. Después de eso se fue; guiñándome un ojo y diciendo.- Te llamo.- estaba en trance, solo veía ese trasero perfecto alejarse de mí.
A lo que Silvina seguía a mi lado, codeándome. –¡Bom!, Lucy.- volvió a repetir.
-¡Ah!... sí Lucy.- me di la media vuelta y comencé a caminar.
Para cuando llegue al baño Lucy estaba tirada en el suelo completamente borracha, con todo el maquillaje corrido. Era obvio que había estado llorando, tenía los ojos hinchados.
-Ella es mi amiga.- gritaba sin cesar.- ella nunca me deja tirada.- decía con la lengua trabada propio del pedo atroz que tenia.- No como ese hijo de puta que me dejo.- lloraba como una nena, ahí comprendí que el pibe de la fotocopia, nunca había llegado al boliche y ella de orgullosa que era prefirió quedarse tomando y no llamarme.
-Vamos, Lu.- le dije mientras la trataba de poner de pie, con la ayuda de Silvina que aún estaba ahí.
Después de todo, parecía qué sí había cambiado.
Como pude la saque del boliche, me pedí un taxi y me la lleve.
La noche había terminado para Lucy. Por otra parte, mi noche parecía que había comenzado, frustrándose luego por el pedo de mi mejor amiga, después de todo la amistad había tirado más.
 Ahora sí, solo espero que el pendejo me llame en la semana ¡si no... Ahí sí que la mato!
Continuara…

7 comentarios:

  1. Lo ame me identifico al 100% con Bom jajajaja de verdad que eche un gritillo de emoción al ver que Juan le hablo y la beso y los guiños necesito mas de sus Panchoaventuras

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  2. Hola, prometí que iba a venir y aquí estoy.
    No sé por qué me dijiste que no me iría a gustar este tipo de escritos, muy por el contrario, me pareció ágil y divertido... y muy instructivo, pues las mujeres son un enigma para nosotros.
    ¿Escribe más de una?
    Sea como fuere, voy a seguir el blog así estamos más en contacto.
    Un beso.
    Humberto.

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  3. Humberto, muchas gracias por pasar, sos un dulce!
    Sí, escribimos tres chicas por el momento, Natalia escribe El mundo de Bom, Angus Crónicas de un Otoño anunciado, y yo Mery and Audrey! ;) nos estamos leyendo!

    Coffe: YO TAMBIEN QUIERO MÁS PANCHOAVENTURAS! JAja :)

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  4. Gracias Humberto ... siempre dando apoyo a lo que hago!! sos una persona increible!! te agradezco de corazón!! miles de besos!!

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  5. Hay varios personajes que conozco o me suenan familiar mmmmm. Jajaja divertido mezclar la realidad con fantasía, espero los demás tengan algo de eso, Muy bueno, Besos ..Andy

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  6. Lo adore!!!

    Bom! una genia total! como me eh reído! y Lucy! que manera de joder la noche de Bom! pero bue... primero están las amigas... !

    espero la continuación !
    Besotes!!!
    Taly.

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  7. Hermosooo, me encanto cuando juan le tiro la re onda jajaaaj, lo MÁÁÁÁS

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